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Rudolf Nuréyev

José Farías
10 May 2017
Sin categoría

Rudolf Nuréyev

Rudolf Nuréyev fue un bailarín clásico nacido en la Unión Soviética, considerado por muchos críticos como uno de los mejores bailarines del siglo XX.
Nació en un tren cerca de Irkutsk, mientras su madre realizaba un viaje desde Siberia a Vladivostok, donde su padre, un comisario del Ejército Rojo de origen tártaro, estaba destinado. Creció en un pueblo cerca de Ufá, en la República de Bashkortostán. De niño fue alentado a bailar danzas folclóricas bashkirias, siendo un bailarín precozmente destacado.
Nuréyev puso el baile masculino a la misma altura que la de sus oponentes femeninas, y durante más de 30 años fue la estrella más conocida del mundo del ballet. Su espectacular técnica el genio interior y una marcada sensualidad le convirtieron en figura indiscutible.

Cursó estudios en la escuela de ballet de Leningrado entre 1955 y 1958, año en que se convirtió en primer bailarín con el Ballet Kirov en Leningrado (hoy San Petersburgo). En 1961 desertó a occidente durante una gira por Francia.

En el año 1962 se asoció con el Britain Royal Ballet, realizando la primera de sus muchas actuaciones con la bailarina británica Margot Fonteyn. Además bailó con el American Ballet Theatre, la compañía de Martha Graham, y otras compañías. Reconstruyó y refundió la coreografía de El lago de los cisnes (1964), Don Quijote (película, 1973) y otros ballets del coreógrafo del siglo XIX Marius Petipa, y se basaron en su vida para llevar a cabo la película I am a dancer (1972). Publicó su autobiografía, Nureyev.

En 1982 consiguió la nacionalidad austriaca, y desde 1983 hasta 1989, fue director artístico del Ballet de la Ópera de París. En el mismo año dejó su cargo de Directeur y permaneció unido a la Opera en calidad de coreógrafo principal. Francia lo distinguió con los rangos de Chevalier de la Legion d’Honneur (1988) y Commandeur des Arts et des Lettres (1992).

Rudolf Nureyev falleció en París el 6 de enero de 1993 víctima del SIDA. En su entierro y bajo acordes musicales de Bach y Chaikovsky, Ninel Kurgapkina, su pareja en los tiempos en que ambos actuaban en el ballet Kírov de Leningrado, recitó versos de Puskhin, Byron y Goethe. El féretro fue depositado en el cementerio de Sainte-Genevieve-des-Bois, sede donde reposan numerosas personalidades rusas que murieron en París.

Referencia

Busca Biografias. Rudolf Nureyev. http://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/2610/Rudolf%20Nureyev

Día de la Danza

José Farías
03 May 2017
Sin categoría

Para conmemorar éste día, Guadalajara y más de 30 municipios del Estado se sumaron a los festejos por el Día Internacional de la Danza.
En ese contexto, se manifestó la diversidad de estilos y técnicas, que ya no se limitan exclusivamente al baile folclórico.

¿Sabías qué? El Día Internacional de la Danza se celebra cada año el 29 de abril alrededor del mundo. Es un día en el que se puede disfrutar de todos los género de la danza juntos. El Comité de Danza del Instituto Internacional del Teatro de la Unesco (ITI/UNESCO) estableció el día para atraer a más público y llamar la atención sobre este arte. La fecha coincide con el nacimiento de uno de los coreógrafos más importantes, Jean Georges Noverre, nacido el 29 de abril de 1727, considerado como el creador del ballet moderno.

Resultado de imagen para Jean Georges Noverre

De alguna manera, la danza no reconoce fronteras del mismo modo en que lo hacen otras artes, incluso cuando ciertos estilos tratan de limitarse a sí mismos o de trabajar dentro de un marco. El movimiento de la vida, su coreografía y su necesidad de cambio constante entran en acción rápidamente permitiendo que ciertos estilos se mezclen entre sí. Todos engranan de forma natural y la danza se establece sólo en el espacio al que pertenece: el del presente siempre cambiante. Creo que la danza es una de las formas de expresión más honestas que existen y por eso debemos apreciarla y conservarla. Al movernos como otras personas, al movernos con otras personas y al verles moverse, es como mejor podemos sentir sus emociones, pensar sus pensamientos y conectarnos con su energía. Es, quizás entonces, cuando mejor y más claramente podemos conocerles y entenderles.

http://www.cultura.luz.edu.ve/index.php?option=com_content&task=view&id=362&Itemid=208

La Danza Como Objeto Olvidado De La Historia Del Arte Y La Discusión Sobre Su Pertinencia En El Aparato Del Museo

José Farías
09 Mar 2017
Artículos del blog, Sin categoría

[Este texto fue leído y presentado en el I Coloquio Universitario de Danza y Filosofía,

que se llevó a cabo en mayo de 2016 en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.

Agradecemos a la autora y a lxs organizadorxs por permitirnos publicar este texto]

 

¿Por qué hablar del cuerpo en el arte?, ¿para qué reflexionar sobre el cuerpo como objeto-sujeto de la danza? e incluso, ¿de qué sirve pensar a esta disciplina como parte de la Historia del Arte?

Estas son algunas preguntas que rondaron mi cabeza durante el mes que estuve preparándome para la ponencia. Sin lugar a dudas se trata de un tema muy seductor; sin embargo, no puedo evitar pensar que el objeto de la reflexión, el cuerpo, hace que este estudio se vuelva aparentemente un ejercicio inútil, no obstante habrá que delimitar el porqué.

El objeto principal de esta reflexión se define a sí mismo como orgánico, perecedero, cambiante y por consecuencia inasible; el cuerpo de hoy jamás será el cuerpo de mañana, lo cual lleva a muchos conflictos para encontrar una posible solución o verdad. La gran contradicción empieza a ganar fuerza cuando nos damos cuenta de que la propia naturaleza nos señala al cuerpo igual de orgánico que su objeto de estudio, y con esto delimita la manera de su abordaje como concepto, sujeto u objeto.

Partamos entonces de que esta consideración no busca llegar a una noción de verdad, más bien otorguémosle el sentido de mera reflexión ya que una de las ventajas de estudiar arte es su terreno fértil para el ejercicio de la interpretación subjetiva.

Pensar el cuerpo en el arte puede tener muchas implicaciones; sin embargo, lo que nos convoca aquí el día de hoy y que es de mi particular interés, es su lugar como herramienta creativa para la conformación de una disciplina, la danza.

¿Qué es lo primero que se nos viene a la mente cuando escuchamos el término danza? Podría ser: un arte que a través del cuerpo ejecuta movimientos sistemáticos para representar emociones y circunstancias, con fines artísticos, de entretenimiento o religiosos mediante el seguimiento de cierto compás o ritmo llevado por la música, normalmente en un espacio delimitado como escenario. Pero esta definición encierra algunas problemáticas en tres momentos de su enunciación.

Por una parte, si se trata de sólo entender a la danza como una serie de movimientos sistemáticos, es decir para fines prácticos, una coreografía ¿qué sucede con las propuestas donde el movimiento es casi imperceptible?, ¿no es danza?, cuando el desarrollo de la pieza artística no lleva música, aunque de manera natural fluya en los bailarines el ritmo de la ejecución, ¿es danza? Y ¿qué sucede cuando el espacio consignado para su ejecución no es un escenario?, ¿ya no es danza, cambia su definición de arte escénico por objeto artístico contemporáneo? De aquí se pueden sujetar cientos de preguntas que hagan énfasis en los parámetros mediante los cuales podemos meter a una disciplina en una definición, lo cual me parece, es el objeto principal de esta ponencia.

 

“Residuos de acciones” en el Teatro Sergio Magaña, coreografía Leonor Maldonado

 

Por otra parte, la idea de la danza como entretenimiento es otra de las aristas que lleva a la problematización de la definición de la danza como arte dentro de la  Historia del Arte, ¿es acaso la danza un arte supeditado al mero entretenimiento?,  ¿no es o no ha sido a lo largo de su trayecto histórico, capaz de formar un aparato crítico de su propia condición como metáfora de los parámetros de la sociedad, como disciplina reveladora de sistemas, siendo el soporte donde se atraviesan todos los posibles devenires de nuestra cultura? a mi parecer sí ha sido capaz y en este momento histórico es más claro que nunca.

Para este momento ya hemos visitado cuatro funciones que se ligan a la definición clásica de danza según la disciplina académica de la Historia del Arte, mismas que a mi parecer son justo las características que la han limitado a lo largo de su desarrollo. De acuerdo con estas concepciones, no es posible contener ni estudiar la danza como objeto fijo e inalterable; no tiene criterios unívocos que lleven a una definición exacta; por su trayecto histórico se puede observar cómo la danza ha evolucionado de sólo ser un divertimento a ser una forma completa de expresión, apostando por la autocrítica y revelación del mundo que la rodea y por último, se ha pensado a la danza como una expresión hecha sólo a la medida de los escenarios, obligándola a delimitar sus propios espacios expositivos no pudiendo explorar al cuerpo como cuerpo-espacio, donde el espacio intervenido por ella también juega un papel importante y puede crear relaciones de significado donde se percibe al cuerpo en relación con su espacio de interpretación, al cuerpo del otro e incluso a sí mismo.

 

“Floor of the forest”, de Trisha Brown, en el Museo Tamayo/CDMX. Ceprodac.

 

Esto nos lleva a visitar a la danza como el lugar generador de más de una definición de sí misma, debatiendo sus propias limitaciones y luchando contra las antiguas determinaciones que han invisibilizado gran variedad de posturas e historias que se han construido desde otros lugares, que como dice la coreógrafa Leonor Maldonado:

 

Han negado décadas de propuestas e investigaciones, cuestionamientos acerca del nombre mismo de la disciplina, cuestionamientos en torno a la separación de la coreografía y la danza y a un gran número de coreógrafos/bailarines preocupados y ocupados por pensar su lugar en el mundo, la interrelación con la comunidad, en trabajar desde estructuras más horizontales, y cuestionando en el hacer mismo las relaciones jerárquicas de poder, las ideas normalizantes de cuerpos y las políticas corporales y culturales de su entorno.[1]

 

Sin lugar a dudas, o más bien hacia lo contrario, genera muchas más dudas, la disciplina de lo corporal a partir de sus actores ha cambiado la forma de mirarse queriendo también cambiar el cómo la miramos. Con el cambio de siglo, entrando el siglo XX, no sólo las artes plásticas sino también la danza comenzó a romper sus propios límites, denominándose como danza moderna;[2] el cuerpo comenzó a pensarse a sí mismo como Michael Foucault define el cuerpo-dócil, como aquel cuerpo fácilmente habituado por las reglas de la vida cultural, respondiendo inevitablemente a nuestras maneras de habitar el mundo y pensándose a sí como la instancia fundamental a partir de la cual tenemos acceso al mundo, siendo atravesado por varios procesos sociales y culturales. Irónicamente para responder a esta idea, la danza replica a la modernidad alejándose de las definiciones que se le habían adherido por parte de la Historia del Arte, para autohabilitarse y habitar el espacio del museo. Como se mencionó anteriormente, la disciplina de lo corporal, como me gusta llamarla, dio un salto en su propio quehacer abriendo sus fronteras, rebelándose ante lo establecido por la historia y adecuando sus discursos hacia nuevas apuestas que se ven soportadas por el contexto moderno y más tarde contemporáneo de la ruptura.

Su entrada al aparato del museo es una de varias respuestas a la modernidad y más tarde a la contemporaneidad; sin embargo, es la que retomo para esta ponencia ya que a mí parecer es la más irónica.

Por una parte, la danza busca ahora dentro de este contexto salir de la invisibilidad que la propia Historia del Arte le ha procurado, pero lo pretende hacer desde su propio sistema, es decir, se acerca al museo como aparato de legitimación, ya que estemos o no de acuerdo con la figura del museo, éste juega un papel fundamental en la legitimación y definición del arte como arte, y parece ser que el lugar idóneo para que la danza forme parte de la canasta básica de la alimentación cultural de la sociedad, es el museo.

 

¿Qué implicaciones tiene que la danza apueste por ser parte del museo? A mí parecer tiene varias positivas y negativas, no obstante se debe tener en cuenta que esta idea solamente involucra de manera particular a una parte del espectro total de la danza, porque existen y seguirán existiendo muchas variantes de esta disciplina que o buscan desde sus trincheras hacerse notar o siguen el camino establecido por la historia sin mirar más allá de sus fronteras. En cuanto a las implicaciones positivas, me parece que de acuerdo con lo descrito en este tiempo, es evidente que se busca una legitimación de la disciplina dentro de la materia que se ocupa de su estudio la Historia del Arte, así como una apropiación cada vez mayor por parte de la sociedad, sin olvidar que se busca la evolución de la representación de los discursos a través de lo corporal desdibujando sus límites y buscando una no definición que abandone lo limitante, para revisar al cuerpo como forma simbólica, que contiene en sí mismo la significación del yo y la existencia/presencia a través de la carne.

Por otra parte, también encontramos implicaciones negativas, como un compañero alguna vez me cuestionó, ¿no la danza al entrar al museo es como si la contuvieras y le quitaras la libertad?, ¿no el entrar al museo implica inscribirla al canon de lo establecido por la academia y entonces éste le quita su carácter natural de representación?, ¿realmente la danza no es plena en sus propios espacios?, ¿por qué invadir otros espacios de representación? y como yo misma me he preguntado, ¿no es convertirla en objeto artístico y renunciar a su forma como arte escénico?

Son preguntas que no tienen una respuesta ni simple ni inmediata, pero creo que una respuesta sostenible de acuerdo con la hipótesis que se ha estado planteando es que no, la danza no es plena en sus propios espacios ya que los ha desbordado, su historia ha sido de evolución y de respuesta a su contexto histórico-cultural, aunque haya sido ignorado y por lo tanto creo que es urgente apostar por lo que no se ha experimentado para poder contestar no sólo estas preguntas sino muchas que se puedan colgar de esta evaluación, y estudiar a la danza con todos sus estados de posibilidad.

En palabras Martha Graham:

 

“Enfrentar el asombro, inquietud, sin la protección de los montajes y saberes hechos, esta existencia corpórea en bruto, incongruente. Hacer percibir que ella de ninguna manera es evidente, ahondar la distancia entre sí mismo y el propio cuerpo para enseguida llenarla mejor, únicamente los latidos del corazón, ¡qué angustia! Y la mano, ese animal extraño, y la caminata… Aceptar la vulnerabilidad, dejarla ver.[3]

 

 

Bibliografía complementaria

 

Bourdieu, Pierre. 1991. El sentido práctico. España: Taurus, 450.

Cámara, Elizabeth, Escudero, Alejandra, Lynton, Anabel y Lavalle Josefina. 2001. Teoría y práctica del arte. México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 540.

Cohen, Selma Jeanne. 1998. International Encyclopedia of DANCE. A Project of Dance Perspectives Foundation, Inc. Nueva York: Oxford University Press, Volume 4, 347-350.

De león, Marisa. Espectáculos escénicos. Producción y difusión. México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/ Instituto Mexiquense de Cultura, 310.

Dempsey, Amy. 1999. The Essential Encyclopaedic Guide to Modern Art. Inglaterra: Thames & Hudson, 312.

Foucault, Michel.1972. The Archeology of Knowledge. Inglaterra. Fumagalli, Vito.1990. El cuerpo en la edad media. España: Nerea, 114. Greenberg, Clement. 1961. Arte y cultura. España: Paidós estética, 305.

Grimson, Alejandro. 2011. Los límites de la cultura. Crítica de las teorías de la identidad.  Argentina: Siglo XXI, 266.

Islas, Hilda.1995. Tecnologías corporales: danza, cuerpo e historia. Serie de investigación y documentación de las artes. México: Segunda Época, 152- 157.

Juanes, Jorge. 2010. Territorios de arte contemporáneo. Del arte cristiano al arte sin fronteras. México: Itaca, 483.

Le Breton, David. 1995. Antropología del cuerpo y modernidad. Argentina: Nueva Visión, 254.

Le Goff, Jacques y Truong, Nicolas. 2005. Una historia del cuerpo en la Edad Media. España: Paidós, 167.

Lepecki, André. 2008. Agotar la danza. Performance y política del movimiento. Alcalá: Universidad de Alcalá, 242.

López Velarde Fonseca, Ramón. 2007. Historia Universal de la danza. México: Universidad Autónoma de Querétaro, 100.

Matoso, Elina. 2010. El cuerpo In – cierto, arte/cultura/sociedad. Argentina: Universidad de Buenos Aires/ Letra viva, 233.

Merleau – Ponty, M. 1962. Phenomenology of Perception, 463.

Negishi, Analía. 2010. Cuerpo y modernidad. Ensayo. Universidad de Buenos Aires. 2010.

Taman, Rolf. 2007. El arte en la Italia del Renacimiento. Alemania: Ullmann & Könemann, 6-12.

Thuillier, Jacques. 2008. Teoría general de la historia del arte. México: Fondo de Cultura Económica, 126.

Witker, Rodrigo. 2001. Los museos. México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 63.

 

 

NOTAS

 

[1] Leonor Maldonado, “Pensar con el cuerpo”, en Revista Tierra adentro 212, 2016, Dossier.

[2] Claude Pujade-Renaud, Martha o la mentira del movimiento. Traducido por Solange Lebourges. Ciudad de México, Dirección General de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2011, p. 24.

[3]  Ibid., p. 71.

 

*Posgrado en Historia del Arte- UNAM

Foto de portada: Jean Paul Carstensen en charla de Mariana Arteaga, en las Jornadas Errante, Querétaro.

 

Alvin Ailey trae sus estrenos a Miami y confirma su excelencia, profesionalismo y versatilidad

José Farías
02 Mar 2017
Artículos del blog, Sin categoría

ORLANDO TAQUECHEL

Especial/el Nuevo Herald

Alvi

Alvin Ailey American Dance Theater (AAADT) regresó el fin de semana pasado al Arsht Center en downtown Miami para ofrecer una exitosa temporada de cinco funciones que confirmó dos cosas: el profesionalismo y la versatilidad de sus bailarines y lo beneficioso que ha sido para el grupo la dirección artística de Robert Battle, con un interés manifiesto por incorporar al repertorio obras de coreógrafos de diversos estilos y procedencia.

Las tres primeras funciones nos dieron la oportunidad de ver tres interesantes estrenos mundiales recientes: Deep (2016) del reconocido coreógrafo italiano Mauro Bigonzetti, Untitled America (2016) de Kyle Abraham y r-Evolution, Dream (2016) de Hope Boykin.

También pudimos apreciar el famosísimo Walking Mad (2001) del sueco Joahn Inger y Ella (2008) de Robert Battle, dos estrenos para la compañía, y la reposición de una obra de madurez del gran Billy Wilson, The Winter in Lisbon (1992). Tres trabajos que resaltan la idiosincrasia de sus creadores.

Como ya es costumbre, cada función cerró con Revelations, la imperecedera obra maestra de Alvin Ailey, y otras dos obras de repertorio completaron el programa del viernes: Night Creature (Ailey, 1974), que se siente algo anticuada en su utilización del lenguaje académico y el angustioso solo In/Side (Battle, 2008).

Una sola reseña no es suficiente para analizar todas las obras en detalle, pero intentaremos al menos transmitir la impresión que nos dejaron.

La función del jueves abrió con Deep, una obra de grupo que utiliza la música cosmopolita de lbeyi y combina con habilidad referencias culturales europeas, norteamericanas y africanas. El resultado es un ejercicio formalmente impecable que dice muchas cosas, pero que parece no estar interesado en ser específico.

Después de un primer intermedio se presentó Walking Mad, una pieza que ha recibido críticas muy favorables y premios desde que el Nederlands Dans Theater la estrenó en 2001.

Los elementos distintivos de Walking Mad (además de la utilización del archiconocido Bolero de Ravel) son su estiloefectista abiertamente centroeuropeo y la utilización de una pared que es manipulada para definir espacios y facilitar escenas a veces humorísticas, en ocasiones inescrutables y con frecuencia perturbadoras, final incluido.

Por su parte, Untitled America, que se presentó el viernes, es una propuesta inquietante que trata del impacto del sistema penitenciario norteamericano en las familias afroamericanas. Las voces que narran las historias no siempre se entienden y el lenguaje coreográfico no consigue levantar vuelo aun cuando todo el tiempo lo intenta.

r-Evolution, Dream, motivada por los discursos de Martin Luther King Jr., es también un trabajo meritorio, incluso conmovedor por su sinceridad, pero con una alternancia de escenas alegres con momentos melodramáticos que no siempre funciona y eso limita su eficacia comunicativa.

Ella es un solo convertido ahora en dueto construido utilizando el scatting virtuoso de Ella Fitzgerald en la canción Airmail Special. Esta es una obra divertida y breve que exige muchísimo de los bailarines. Las intérpretes del jueves, Jacquelin Harris y Megan Jakel salen triunfadoras de la experiencia.

Finalmente, hay que destacar el refinado sentido del espectáculo que tiene The Winter in Lisbon, una obra como las que ya no se hacen. Clara en sus intenciones y perfecta en su realización. Llena de momentos de lucimiento para los intérpretes y disfrutable de principio a fin.

The Winter in Lisbon nos permitió también descubrir a la elegante Ashley Mayeux, probablemente destinada a recibir el estandarte que perteneció a la joven Judith Jamison. Como esta, Mayeux posee personalidad propia, brazos enormemente expresivos, una mirada de humanidad infinita y esa esencia hierática que le permite a un gran intérprete hacer desaparecer el mundo que le rodea con un gesto.

Otros intérpretes que lograron actuaciones memorables en las tres funciones que reseñamos fueron el imponente Jamar Roberts en todas y cada una de sus apariciones, la expresiva Danica Paulos en Walking Mad, Renaldo Maurice (también en Walking Mad) y Jacqueline Green junto a Roberts en Revelations el jueves; Hope Boykin en Night Creature y Samuel Lee Roberts en In/Side el viernes. Sin olvidar a Kanji Segawa, Rachael McLaren y Belen Pereyra en The Winter in Lisbon el sábado.

Así las cosas, es posible afirmar que AAADT se proyecta nuevamente como una compañía en su mejor momento.

Siga a Orlando Taquechel en Twitter: @ortaquechel20


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Lavinia Williams, la bailarina que quería crear música con su cuerpo

José Farías
23 Feb 2017
Artículos del blog, Sin categoría

Triunfó en la American Negro Ballet Company, vivió un amor imposible con Léon Theremin y se volcó en preservar -también en su país de origen- la danza de Haití. 

En 1934, la American Negro Ballet Company causó sensación en los escenarios neoyorquinos. Capitaneada por el coreógrafo alemán Eugene von Grona, y en un momento en el que los afroamericanos tenían vedado el acceso a gran parte de un mundo dominado por los blancos, la compañía subió a las tablas montajes de danza moderna que bebían de los ritmos africanos y caribeños. Y una de sus estrellas indiscutibles fue la bailarina Lavinia Williams.

Williams había nacido en 1916 en Filadelfia, y llevaba bailando desde los tres años de edad. Cuando, años más tarde, participó en una audición en Manhattan, llamó la atención de Von Grona, quien la incorporó a su compañía, que más tarde pasó a ser conocida como el Von Grona Swing Ballet. Precisamente, Lavinia se convirtió en la estrella principal de su exitoso espectáculo Birds of 1939.

Léon Theremin creó un instrumento que no se tocaba físicamente, pues funcionaba detectando la posición de las manos del intérprete en el espacio

Fue en esa década cuando conoció a Léon Theremin, un inventor soviético que tuvo un fugaz éxito con un instrumento electrónico al que dio nombre, y que era el único que no se tocaba físicamente, pues funcionaba detectando la posición de las manos del intérprete en el espacio. Williams se dio cuenta de que aquella tecnología tenía un enorme potencial, y junto con Theremin, con quien terminaría casándose, fue probando posibilidades: desde un suelo que iba iluminándose al contacto con los pies de la bailarina, a un aparato que sería capaz de convertir los movimientos de los danzantes en música, el proyecto que más la fascinaba.

DANZA Y ESPIONAJE

Sin embargo, ninguno de estos desarrollos del theremín demostraron ser viables. El instrumento mismo fue una moda fugaz que rápidamente dejó de interesar. Además, Léon mantenía una clandestina labor de espionaje hacia la URSS que poco a poco fue haciéndose más evidente. Y de todas formas, un matrimonio mixto no era la mejor forma de pasar desapercibido en aquel momento, ni siquiera en la cosmopolita Nueva York. Finalmente, en 1938 el inventor decidió volver a su país natal.

Se despidió de Lavinia, a quien prometió que volvería a buscar. Pero en cuanto puso el pie en la URSS, se perdió su rastro en el sistema represivo estalinista, que le envió a un gulag. Pasarían décadas hasta que Williams, que nunca volvió a verle, tuvo noticias de que seguía vivo. En la década de los setenta retomarían el contacto por correspondencia, e incluso Theremin llegó a proponerle que se casaran de nuevo, pero ella no accedió.

Imagen de una de las representaciones.

Imagen de una de las representaciones.

Mientras tanto, la carrera profesional de Williams siguió en ascenso. Entre 1940 y 1945 representó los papeles principales de las exitosas coreografías de la compañía de Katherine Dunham. A continuación, recorrió Europa reinterpretando Shuffle Along, el mítico espectáculo que había convertido en una leyenda a Josephine Baker. En 1946 conquistó Broadway con Showboat, a la que seguirían Finian’s Rainbow y My Darlin’ Aida. A finales de esa década se casó con Shannon Yarborough, con quien tuvo dos hijos, pero de quien terminaría divorciándose. La menor, Sara, se convertiría también en una destacada bailarina.

LA PATRIA CHICA

En los cincuenta, Williams pudo por fin abordar un proyecto que llevaba largo tiempo acariciando. Desde el principio de su carrera se había inspirado en los bailes caribeños para montar sus espectáculos, pero ahora sentía la necesidad de volver a las fuentes y de trabajar para que ese patrimonio no sólo fuera conocido internacionalmente, sino que tampoco se perdiera en sus países de origen.

Con ese fin, fundó en 1954 el Instituto Haitiano de Folclore y Baile Clásico, al que, en décadas posteriores, seguirían otras escuelas en Antigua, Guyana, Jamaica, las Bahamas y Trinidad. Aunque siguió impartiendo clases también en Nueva York, en la prestigiosa Alvin Ailey American Dance Center School, cada vez pasaba más tiempo en el Caribe hasta que, en 1984, se instaló definitivamente en Puerto Príncipe.

Lavinia Williams.

Lavinia Williams.

Y precisamente allí moriría cinco años después, en 1989 y a los 73 de edad. La explicación oficial fue la de un ataque al corazón, pero hubo quien habló de que había ingerido comida envenenada, y que habría estado involucrada en algún oscuro asunto en la isla. Tras de sí dejó numerosos ensayos sobre la danza haitiana y un libro, Haitian Dance, que hoy es considerado todo un clásico, de la misma forma en que su autora es todo un referente de la irrupción de los ritmos de esa zona en el repertorio de la danza moderna.

http://www.elespanol.com/cultura/historia/20161230/182232107_0.html

El Ballet en México durante los siglos XIX y XX

José Farías
20 Feb 2017
Artículos del blog, Sin categoría

La historia del ballet en México está aún en construcción, en busca de interesados en descubrirla y de plumas para registrarla. Y es que pese a lo avanzado, aún se sabe poco al respecto. Podemos situar su inicio en nuestro país en el último cuarto del siglo XVIII, cuando por iniciativa de José de Gálvez se formó una compañía de ballet en la corte virreinal, con lo cual seguía el ejemplo de sus iguales italianas, donde el balleto se practicaba en los festines desde el siglo XV y de la corte francesa que profesionalizó el ballet como disciplina y codificó sus pasos. Ya en el México independiente llegaron a nuestro país el francés Andrés Pautret y su esposa, la española María Rubio, quienes hacia 1825 fundaron una compañía de danza en el Teatro Provisional, que se mantuvo por décadas y presentó obras del repertorio internacional y nacional –como Alusión al grito de Dolores. Abrieron una escuela gratuita, La Escoleta, donde enseñaron a varias generaciones y de la que saldrían figuras como Aurora y Joaquina Pautret, Antonio y Ángel Castañeda, Soledad Sevilla y la famosa María de Jesús Moctezuma, de quien un periódico diría después: “En el arte del baile, Chucha es la más adelantada, la más inteligente de todas las que se han dedicado a este ramo en México; y en cuanto a su figura, es una de las más hermosas y simpáticas que han pisado las tablas”.

El ballet y las distintas formas de la danza tuvieron un papel relevante en la vida social y ar- tística del país. Los principales teatros capitalinos ofrecían temporadas regulares de sus cuerpos de bailarines. Eran éstos figuras públicas, cuya vida seguía el público, de allí que se comprenda el apoyo que muchos tuvieron al negarse a bailar ante los invasores estadunidenses en 1847. Por otro lado, un buen número de ellos alternaría con compañías extranjeras, como la Monplaisir, que visitó México en 1849 y en sus presentaciones recurrió a mexicanos; las salas se llenaron y tanto los asistentes como la prensa aplaudieron la destreza mostrada por el conjunto franco-mexicano. Años después, el emperador Maximiliano quiso formar una gran compañía de ballet y envió agentes a Viena, París y Nueva York para constituirla, contratando por ejemplo a la gran Anneta Galletti como primera bailarina del Teatro Imperial.

Bailarina

El ballet atravesó por un periodo de crisis en todo el mundo hacia el último tercio del siglo XIX y México no fue la excepción. Contribuyeron el fin del romanticismo y, ya en el Porfiriato, la falta de instituciones para preparar a nuevos bailarines y la fuerza que adquirieron la ópera y la zarzuela en el gusto del público. Hubo con todo momentos importantes, resultado de las presentaciones de algunas compañías italianas, como la del maestro Giovanni Lepri hacia 1880, quien enseñaría en nuestro país hasta 1892. Gracias a la paz porfiriana, el ballet no desapareció del todo.

En plena Revolución mexicana, se fundó la Dirección general de Bellas Artes en la Secretaría de Educación Pública, abocada a incorporar danza y bailes regionales a la educación escolarizada. Esta dirección pasó en 1917 a la Universidad Nacional, donde conservó los objetivos de fomento y divulgación del arte nacional. El ballet no llegó a participar de este proyecto cul- tural sino hasta 1932, cuando por inicia- tiva de Narciso Bassols y José Gorostiza, defensor de la profesionalización del arte, se fundó la Escuela de Danza de México, dirigida primero por Carlos Mérida, quien fue sucedido por Nellie Campobello de 1937 a 1984.

Ballet mexicano

Los bailarines así profesionalizados –como Amalia Hernández, Josefina Lavalle, Ana Mérida, Guillermina Bravo, entre otros– se verían posteriormente influidos por artistas extranjeros como Waldeen y Anna Sokolow y por movimientos internacionales modernos. Proliferaron las compañías y grupos dancísticos, que experimentaron en sus movimientos y tendencias existentes, pero siempre en pos de una expresión dancística propia. Se instauraron instituciones como la Academia de la Danza Mexicana para fomentar la danza moderna y nacional, en la que si bien no faltaron desacuerdos sí se coincidió en el rechazo del ballet clásico. Éste, sin embargo, no se dejó de enseñar. Gloria Contreras formaría en 1970 el Taller Coreográfico de la UNAM, con abstracciones de la danza clásica tradicional, y en 1977 se instituyó la Compañía Nacional de Danza, cuyo repertorio incluyó obras modernas y contemporáneas, pero que es la máxima representante del ballet en México hasta la actualidad.

Georgina Galván Medina
Facultad de Filosofía y Letras, UNAM
Revista BiCentenario #17
Esta entrada se publicó en Artículos, Artículos gratis, Bicentenario #17, Revista por número y está etiquetada con ballet en 12 octubre, 2012 por Admin_Plataforma.

DA.TE DANZA, EN FETEN CON ‘AKARI’

José Farías
09 Feb 2017
Sin categoría

“La compañía granadina retoma su trabajo con la primera infancia, del que es pionera”

El próximo miércoles 15 de febrero, en el marco de la Feria Europea de Artes Escénicas para Niños y Niñas, FETEN 2017, la compañía granadina Da.Te Danza presenta su último espectáculo, AKARI, estrenado el pasado mes de enero en Granada, con el que ha retomado a su público predilecto, la primera infancia. El espectáculo, dirigido a bebés de 6 meses a 4 años, trata el tema de la energía, su desarrollo y la relación con el bebé y su entorno.

Todo comienza con una luz, que nace, se mueve, crece. Es ágil, divertida e inquieta pero no está sola… Hay otra luz, más suave pero muy rápida… se juntan ¡y surge la danza!  A medida que vamos creciendo descubrimos distintos estados de ánimo a los que vamos dando forma… ¿Qué animal eres cuándo estás enfadado? ¿De qué color te sientes cuando estás feliz? Dos bailarines nos muestran cómo la evolución del bebé es un reflejo de la persona adulta. A través de la danza y la música, la historia adentra al espectador en un universo aún por explorar pero que reconocerá en sí mismo.

Con este espectáculo, Da.Te Danza retoma su trabajo con la primera infancia, del que es pionera (con el espectáculo MUA MUA, 2003). AKARI aborda el tema de la energía, cómo se crea y evoluciona a medida que vamos creciendo y vamos dando forma a los estímulos que recibimos. Formas, colores, emociones, estados de ánimo, vínculos, relaciones… Todo narrado a través del lenguaje de la danza con la luz como guía. Durante el espectáculo aparece un breve texto escrito por Julia Ruiz Carazo,  a cargo de la dirección teatral en este proyecto.
Como en cada espectáculo, se parte de un trabajo de investigación. En este caso de la mano de Catalina Sako, especialista en el campo de la energía, que les ha guiado a través de las distintas etapas del desarrollo energético del bebé.

Para este espectáculo,  Da.Te Danza cuenta con un nuevo elenco artístico, Inés García y David Barrera, que serán los intérpretes/bailarines bajo la dirección de Omar Meza (director de Da.Te Danza) y Celia Sako (asistente de coreografía). El resto del equipo lo componen Julia Ruiz (cía. La Sal) a cargo de la dirección teatral, Diego Newman (música original), Valentín Martínez (escenografía/utilería), Laura León (diseño de vestuario) y J.C. Tamajón en el diseño de  la iluminación.

Esta producción es la decimoctava de DA.TE DANZA. Desde su creación en 1999, Da.Te Danza ha orientado sus proyectos al ser humano que hay delante de cada uno de los espectáculos. En la visión que tiene la compañía de la danza como lenguaje está presente el valor educativo. Da.Te Danza  propone el arte como elemento socializador. Los espectáculos de la compañía buscan dar al espectador otros puntos de vista, otras perspectivas desde las cuales valorar y entender el mundo, tratando siempre de remover la conciencia del público al que se dirige con temas de actualidad. Más que bailar por bailar, se danza para provocar, para contar historias interesantes capaces de influir de alguna forma en el subconsciente colectivo (sin olvidar nunca las edades a las que va dirigido cada espectáculo).

Akari. Da.Te. Danza. Miércoles, 15 de febrero. Sala Antiguo Instituto

http://www.danza.es/actualidad/da.te-danza-en-feten-con-akari

 

Academia Doris Topete triunfa en VIBE

José Farías
02 Feb 2017
Artículos del blog, Sin categoría

La delegación mexicana brilló de forma intensa en uno de los concursos de ballet con mayor prestigio a nivel internacional.

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GUADALAJARA, JALISCO (24/ENE/2017).- Si algo ha demostrado la maestra Doris Topete es que el ballet mexicano se encuentra en una etapa de plenitud de bailarines capaces de competir a nivel internacional, y para muestra su academia arranca 2017 con una docena de premios que postulan a sus pupilos como grandes promesas de la danza clásica.

La calidad y disciplina de sus alumnos quedaron constatadas en la más reciente edición del Vienna International Ballet Experince (VIBE), concurso internacional celebrado durante las primeras semanas de enero en el que Doris Topete lideró a la delegación mexicana integrada por 14 bailarines, de los cuales 12 son de sus academia y que lograron adueñarse los primeros lugares, premios especiales y becas de estudio.

Además de conseguir la medalla de oro en la categoría “children”, una distinción artística y una beca Portugal, gracias al talento de Sofía Cuevas Castellanos, de 10 años de edad, por su coreografía “Por una cabeza”, Doris Topete fue galardonada con el reconocimiento de excelencia, premio inédito en su carrera y que por unanimidad de los jueces le fue concedido por su experiencia y aportación pedagógica y coreográfico al ballet internacional y así, consagrarse como una de las máximas impulsoras de la danza clásica en México.

Para presumir

La competencia del VIBE integró a una centena de bailarines provenientes de Austria, Brasil, Cuba, Canadá, China, Colombia, Italia, Romania, Rusia, Sudáfrica, Portugal, Panamá y México, entre otras ciudades estadounidenses —en su versión USA— como Montana, Arizona, California, Illinois, Nueva York y Utha, por ejemplo, para ser calificados por el jurado integrado por personalidades dancísticas como Alex Atzwei, Campbell Midgley, Rasta Thomas, Venus Villa, María Sascha Khan y Enrique Perez Cancio Cantero.

Además de ballet, el alumnado de Doris Topete también destacó en disciplinas como el TAP en la categoría libre de grupo y en solista logrando el primer y tercer, respectivamente, lugar por la pulcritud, limpieza y pasión de Paula Álvarez, ganadora de ambos premios.

“En categoría de grupo creo que ganamos por coordinación, limpieza y actitud, porque nuestros sonidos se escucharon igual, estuvimos coordinadas en expresiones, en la líneas del cuerpo, la matiz de los taps y geometría de la coreografía”, expresa Paula Álvarez, quien ganó en la categoría de grupo por mejor coreografía abierta junto a Gloria Arriata de 13 años de edad.

HACEN HISTORIA
Los ganadores

De los 14 representantes mexicanos en VIBE, la Academia Doris Topete participó con Paula Álvarez (1 lugar TAP solista y grupal), Gloria Arriata (1 lugar TAP grupal) Claudia Sainz, Sofía Cuevas (medalla oro), Francia Ibarra, Mariana López, Bárbara Lugo (medalla plata y beca a Portugal), Sienna Mora Meza (medalla bronce y beca a Portugal), Paula Sabina Nunez (medalla bronce en categoría children), Gloria Ortiz, Aranzazu Pérez (3 lugar en jazz y distinción de excelencia), Vania Sandoval (Beca en Montana) y el bailarín Ricardo Yibrail Sánchez (beca en Seattle).

Fuente: http://www.informador.com.mx/cultura/2017/703695/6/academia-doris-topete-triunfa-en-vibe.htm

 

 

El Ballet Nacional de Letonia y su gran cuento de hadas

José Farías
26 Ene 2017
Artículos del blog, Sin categoría

 El Teatro de la Maestranza de Sevilla acoge ‘La bella durmiente’ hasta el sábado.

“La bella durmiente es un referente del ballet clásico. Los bailarines deben tener un impecable sentido de estilo y, en especial, perfectos posicionamientos de manos y pies”. Las palabras del director del Ballet Nacional de Letonia,Aivars Leimanis, elogian la dificultad del montaje que, hasta el próximo sábado, impregnará de magia el escenario del Teatro Maestranza de Sevilla. La capital andaluza acoge desde este miércoles (20.30) el considerado como el gran cuento de hadas de la historia del ballet.1484748757_651305_1484755730_noticia_normal_recorte1

El espacio sevillano viajará al país de las maravillas, de las hadas, de las princesas y los hechizos. “Es un ballet idóneo para nuestra compañía ya que tiene muchos papeles, tanto más grandes como pequeños, y técnicamente exigentes en el baile, no solo para los solistas principales, sino también para las hadas, las joyas y otros papeles”, reconoce Leimanis, quien ha trabajado partir de la coreografía original de Marius Petipa. Sobre la popular partitura de Piotr I. Chaikovski, la dirección musical corre a cargo de Farhads Stade.

La historia de La bella durmiente, estrenada en 1890 en el Teatro Mariinski de San Petersburgo, es una de las más conocidas de todo el repertorio musical. La obra, dividida en tres actos, comienza con el bautizo de la princesa Aurora, al que acuden las hadas para darle belleza, sabiduría y bondad. Pero a la ceremonia también se presenta el hada malvada Carabosse, quien como venganza maldice a la pequeña con caer en un profundo sueño tras pincharse con un huso. A partir del célebre cuento de Charles Perrault, en la obra también aparecerán personajes de otros cuentos como Cenicienta, el Gato con Botas, Caperucita Roja…“Creo que este ballet incorpora uno de los papeles femeninos más desafiantes del repertorio clásico, el de la princesa Aurora, que solo puede ser ejecutado por la mejor de las bailarinas”, apunta el director. En esta ocasión, el personaje será interpretado por Baiba Kokina (los días 18 y 21), Elza Leimane (el día 19) y Sabine Guravska (el día 20).

El Ballet Nacional de Letonia, formado por unos 70 bailarines y con un amplio repertorio cuajado tanto de perlas clásicas como de coreografías adaptadas a la danza contemporánea, regresa al Teatro Maestranza tras su paso en 2013 con la obra Giselle. En su larga trayectoria de 80 años, los valores de tradición y renovación han convertido a la danza de la antigua Unión Soviética en una auténtica seña de identidad cultural de los países que la integraban

Biografía de Ángel Corella

José Farías
12 Ene 2017
Artículos del blog, Sin categoría

bailarina

ÁNGEL CORELLA

Bailarín y coreógrafo

Madrid, 1975
Fue en 1994 cuando el bailarín ingresó en el American Ballet Theater (ABT) y desde entonces ha interpretado los principales papeles de las obras más populares del repertorio clásico. No sabía entonces, un jovencísimo Ángel Corella de 19 años, que el público neoyorkino se convertiría desde el principio en un gran aliado. Desde su primera actuación en el Metropolitan Opera House de Nueva York con el ballet Giselle,portadas de revistas, público y crítica arropan sus interpretaciones con entusiasta respuesta. También ha recibido un premio Emmy por el ballet El lago de los cisnes y su emisión en la televisión americana PBS. Hasta el ABT llegó después de ganar la medalla de oro en el Grand Prix de la Villa de París. Entre los miembros del jurado, se encontraba la mítica bailarina rusa Natalia Makarova, que entusiasmada con la intervención de Corella, le puso en contacto con el director del ABT. El bailarín cautivó a Kevin McKenzie con su interpretación y poco después se convertía en solista de la prestigiosa compañía americana.Alternó sus interpretaciones en el ABT con las de estrella invitada en el Royal Ballet de Londres, el Ballet de la Scala de Milán y el Australian Ballet entre otras compañías.En 2008 fundó su propia compañía, Corella Ballet Castilla y León, posteriormente transformada en Barcelona Ballet, hasta 2014 en que fue disuelta.

Premio Internacional “Benois de la Danse” 2000 y Premio Nacional de Danza en la modalidad de interpretación en 2002, el bailarín preside desde 2001 la Fundación Ángel Corella destinada a formar a jóvenes bailarines.

Desde 2014 es director del Pennsylvania Ballet.

© www.danza.es

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